El esperado y vanguardista teatro CajaGranada Isidoro Máiquez se inauguró ayer con cierto cosquilleo y un grácil mareo que compartieron artistas y público. Los bailarines de 'Una noche de seducción: Don Juan / Carmen' -la obra del Ballet de Biarritz que descorchó este espacio escénico negro como el tizón donde refulge el rojo sangre de las butacas- simularon copular con delicadeza y fuerza encima de las tablas mientras el público asumía el papelón de estar sentado sobre unas gradas retráctiles que se movían endiabladamente.
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